«Iba a la biblioteca. Miraba las revistas, las fotos que traían. Un día me acerqué a los libros y saqué uno del estante. Era Winesburg, Ohio. Me senté a una larga mesa de caoba y me puse a leer. De repente se me transformó el mundo. El cielo se me vino encima. El libro me conquistó. Me saltaron las lágrimas. El corazón me latía con fuerza. Leí hasta que me picaron los ojos. Me llevé el libro a casa. Leí más cosas de Anderson. Leí sin parar, y me sentí tocado en lo más hondo, y solo, y prendado de un libro, de muchos libros, hasta que el fenómeno se produjo con naturalidad, y me instalé con lápiz y papel y me puse a escribir, hasta que supe que no podía continuar porque las palabras no fluían como en Anderson, sino que se limitaban a caer como gotas de sangre de mi corazón.» (pp. 59-60) «Me estiré en la cama y me quedé dormido. Atardecía cuando me desperté y encendí la luz. Me sentía mejor, ya no estaba cansado. Fui a la máquina de escribir y me senté. Mi idea era escribir una frase, una sola frase perfecta. Si podía escribir una buena frase, podría escribir dos, y si podía escribir dos podría escribir tres, y si podía escribir tres, podría escribir eternamente. Pero, ¿y si no me salía? ¿Y si había perdido todo mi hermoso talento? […] Tenía diecisiete dólares en la cartera. Diecisiete dólares y el miedo a escribir. Me senté muy tieso ante la máquina y me soplé los dedos. Por favor, Dios mío, por favor, Knut Hamsun, no me abandonéis ahora. Me puse a escribir y escribí… » (p. 150) |
JOHN FANTE (1909-1983) Sueños de Bunker Hill (Dreams of Bunker Hill, 1982) Trad. Antonio-Prometeo Moya Anagrama, 2002 150 páginas, 12 € |
jueves, 26 de septiembre de 2013
John Fante: Sueños de Bunker Hill
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3 comentarios:
«"La hora ha llegado", la Morsa dijo,
"de hablar de muchas cosas:
de zapatos, de barcos, de lacre,
de reyes y de rosas..."
Lo miré y me humedecí los labios. No era mío, pero qué diantre, por algún sitio había que empezar.»
John Fante (vía Arturo Bandini)
Parece una obra fantastica, que descubrire con su lectura...
gracias por el aporte
De nada, Rodrigo.
A mí me ha gustado bastante.
Ahora me falta Espera a la primavera, Bandini y Pregúntale al polvo para acabar la trilogía sobre Bandini.
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