Maravilloso fin de semana en Madrid disfrutando de la ciudad, el arte y la familia:
- Un Madrid que ha cambiado tanto desde la época en que yo estudiaba allí hace más de (da vértigo decirlo) 30 años, que muchas zonas me resultaban irreconocibles: la del Teatro Real, el barrio de las letras, el Jardín Botánico, etc. Una ciudad mucho más abierta y luminosa que la que yo conocí, y creo que no disfruté, en los primeros años 70.
- La interesante exposición “El espejo y la máscara. El retrato en el siglo de Picasso” repartida entre el Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid. Diferentes y sugestivas formas de enfocar el arte del retrato por Freud, Bacon, Schiele, Hockney, Munch, Antonio López o Max Beckmann, además de (of course) Picasso, Van Gogh, Gauguin, Modigliani y muchos más.
- Una increíble visita alrededor de la mitología en los cuadros del Museo del Prado con un guía extraordinario. Descubrir el placer de entender lo que estos cuadros expresan, conocer las historias que hay detrás de sus imágenes o poder interpretar el significado de los símbolos que contienen ha sido para mí como dejar de ser ciego y empezar a ver. Es otra forma de contemplar y de entender a Velázquez, Goya, Rubens, Tintoretto, Tiziano y tantos otros que han utilizado la mitología greco-romana como argumento de sus obras. Gracias, Stephanus.
- Y, finalmente, la suerte de poder disfrutar de todo esto en compañía de una familia que es todo un lujo y que seguramente no merezco.
[Aquí, y/o aquí, podéis encontrar la solución a la pregunta inicial.]
3 comentarios:
Mari, qué bonitos te quedan siempre los "posts" (¿se llaman así?) tanto de fondo como de forma.
Y es verdad que lo pasamos muy bien en este mini-viaje y todos nuestros sentidos disfrutaron: los cuadros, las explicaciones, la comida, el Sol, la compañía mutua...
Y tú, además, disfrutaste de las plantas del Jardín Botánico.
Ahora me acuerdo también de aquel monumento que estaba en el lugar donde antes había estado la iglesia donde fue enterrado Velázquez y en el que decía aquello de: "El día seis de agosto del año 1660 murió Diego de Silva Velázquez. Su gloria no fue enterrada con él." Y ahí sigue su gloria, 350 años después y todos los que vengan.
Besos y a ver cuándo repetimos.
Desde luego Velázquez es el number one, al menos para mí. Y su gloria y su obra ahí están, como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo (y alegrándonos la vida). Qué pena que nos perdimos la macroexposición que le hicieron en Londres y que acabó en enero pasado.
Me ha encantado la explicacion de los leones... que bonita es la mitologia!
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