«A continuación, tomo la palabra el jefe de sección de Estudios Informáticos. Resumir en unas pocas frases treinta años de carrera íntegramente dedicada a la informática agrícola era una apuesta temible, una tarea imposible. Louis Lindon, recordó, había conocido los momentos heroicos de la informatización: ¡Las tarjetas perforadas! ¡Los cortes eléctricos! ¡Los cilindros magnéticos! A cada exclamación abría vivamente los brazos, como invitando a la asistencia a dejar volar su imaginación hacia ese periodo caduco.  »El interesado sonreía con aire malicioso, se mordisqueaba el bigote de manera bien poco apetitosa; pero en conjunto se portaba con corrección. Louis Lindon, concluyo el jefe de sección calurosamente, había dejado su huella en la informática agrícola. Sin el, el sistema informático del Ministerio de Agricultura no seria lo que es. Y eso no podría olvidarlo (su voz se hizo un poco mas vibrante) ninguno de sus colegas presentes o futuros.   »Hubo unos treinta segundos de nutridos aplausos. Una muchacha elegida entre las más puras le entrego al futuro jubilado su caña de pescar. El extendió el brazo y la blandió con timidez. Fue la señal de dispersarse hacia el buffet. El jefe de sección se acercó a Louis Lindon y le obligo a un paso lento, pasándole el brazo por los hombros, para intercambiar con él algunas palabras más tiernas y personales.   »Ese fue el momento que eligió el teórico para susurrarme que Lindon pertenecía a otra generación de la informática. Programaba sin verdadero método, de manera un poco intuitiva; siempre le había costado trabajo adaptarse a los principios del análisis funcional, los conceptos del método Cereza del bosque seguían siendo para el, en su mayor parte, letra muerta. De hecho, habían tenido que reescribir todos sus programas; desde hacia dos años ya no le daban gran cosa que hacer, ya estaba mas o menos en la reserva. Nadie ponía en duda, añadió con calor, sus cualidades personales. Solo que las cosas evolucionan, es normal.   »Tras enterrar a Louis Lindon en las brumas del pasado, el teórico pudo emprenderla otra vez con su tema predilecto: según el, la producción y la circulación de la información iban a verse afectadas por la misma mutación que habían conocido la producción y la circulación de mercancías: el paso del estadio artesanal al estadio industrial. En materia de producción de la información, constataba con amargura, estábamos todavía lejos del cero defectos; a menudo seguían imperando la redundancia y la imprecisión. Las redes de distribución de la información, insuficientemente desarrolladas, seguían llevando la impronta de la aproximación y el anacronismo (¡la compañía telefónica sigue repartiendo guías de papel!, subrayaba, colérico). A Dios gracias, los jóvenes reclamaban informaciones cada vez mas numerosas y cada vez mas fiables; a Dios gracias, se mostraban cada vez mas exigentes con los tiempos de respuesta; pero el camino que llevaría a una sociedad perfectamente informada, transparente y comunicante era todavía largo.» (pp. 50-53) |
MICHEL HOUELLEBECQ Ampliación del campo de batalla (Extension du domaine de la lutte, M. Nadeau 1994) Trad. Encarna Castejón Anagrama, 1999 Autour de lui, les personnages luttent pour un peu d'amour, de plaisir sexuel ou d'argent. Il est technicien en informatique; il n'a plus d'ambition. Sa vie est une succession de déceptions banales; les repères sociaux s'effritent. Il va perdre son emploi, il ne trouvera pas de femme. L'enfance est finie: au-dessus de lui, il sent grandir l'aile sombre de la dépression. Un roman d'apprentissage: l'apprentissage du dégoût. |
jueves, 27 de febrero de 2014
Houellebecq: Ampliación del campo de batalla
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1 comentario:
Otro libro con prota informático (aunque no sé si es más pasota que informático). Claro que ahora leo en la wiki que Houellebecq "trabajó un tiempo como informático, experiencia que quedará reflejada en su primera novela.".
Además de eso, pequeño homenaje a los pioneros de la profesión. (Ah, y traductora de Cartagena.)
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