Pablo Martín Sánchez (Reus, 1977)
DIARIO DE UN VIEJO CABEZOTA
(REUS, 2066)
Acantilado, 2020 - 384 págs. - inicio
- Allá, en el litoral de Ostia, E. Vila-Matas
- El escritor que se confinó para escribir una distopía
- Juego oulipiano entre realidad y ficción, A. Iturbe
[no era para mí]
Domingo, 27 de junio«Tengo que reconocer que los días que siguieron al Gran Apagón fueron extraordinarios. Quedábamos todavía una treintena de personas en el Pere Mata, incluidos varios tra bajadores, cuando se fue la luz y se activaron los grupos electrógenos. Pero el fuel apenas duró un par de días y entonces llegó el desconcierto, la impotencia, el desaliento, sobre todo entre los más jóvenes, los nativos digitales de segunda y tercera generación, los que no sabían escribir a mano ni usar un abanico, los que no conocían los juegos de mesa ni los libros de papel. De pronto se encontraron huérfanos, sin saber qué hacer, contemplando absortos durante horas sus alephones apagados, esperando a que volviera la luz como quien espera que llegue la lluvia tras un tiempo de sequía. Bruno y yo los mirábamos pasar como zombis pusilánimes, mientras jugábamos nuestra habitual partida de ajedrez. La mayoría no tardó en irse, prefirieron el destierro a la vida unplugged.
No deja de ser curioso—casi un acto de justicia poética—que los que mejor nos hemos adaptado al apagón hayamos sido los viejos, los que vivimos la era predigital, los que aprendimos mecanografía con máquinas de escribir, los que crecimos con un móvil dando vueltas en el techo y no en la mano, los que encendíamos velas cuando se iba la luz, los que nos afeitábamos con cuchilla, los que subrayábamos los libros con un lápiz o doblábamos la esquina para no perder la página, los que aprendimos a conducir sin gps ni autodrive. En cierto modo, el apagón nos ha devuelto el prestigio perdido.
Un ejemplo clamoroso: los jóvenes de hoy día no saben idiomas. ¿Para qué, te preguntaban altivos antes del apagón, si el alephone te traduce al oído, en tiempo real, cualquier conversación que tengas con cualquier hablante del mundo entero?» (págs. 15-16)
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