martes, 31 de diciembre de 2019

Libros de 2019

  1. Ahir, de Agota Kristof
  2. Lectura fácil, de Cristina Morales
  3. Chilean Electric, de Nona Fernández
  4. El encargo, de Javier Melero
  5. Hiere, negra espina, de Claude Louis-Combet
  6. Testimonio materno, de Elena Soriano
  7. Paraguas en llamas, de Jordi Mestre
  8. Canto jo i la muntanya balla, de Irene Solà
  9. Europa Automatiek, de Cristian Crusat
  10. Contra Amazon, de Jorge Carrión
  11. Me llamo Vila-Matas, como todo el mundo, A. G. Porta
  12. El pasajero, de Ulrich-Alexander Boschwitz
  13. La peor parte, de Fernando Savater
  14. El colgajo, de Philippe Lançon
  15. El buen soldado, de Ford Maddox Ford
  16. De Profundis, de José Cardoso Pires
  17. Corazón giratorio, de Donald Ryan
  18. Mirarse de frente, de Vivian Gornick
  19. Volverse Palestina, de Lina Meruane
  20. El amigo, de Sigrid Nunez
  21. La revolución de las flâneuses, de Anna Maria Iglesia
  22. Mi cuerpo también, de Raquel Taranilla
  23. Manifiesto incierto, de Frédéric Pajak
  24. Todos llevan máscara, Laura Freixas
  25. Desierto sonoro, Valeria Luiselli
  26. Susan Sontag, la entrevista completa de 'Rolling Stone', Jonathan Cott
  27. El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, Tatiana Tibuleac
  28. Aquí y ahora, Miguel Ángel Hernández
  29. Sigo aquí, Maggie O'Farrell
  30. Un día en la vida de un editor, Jorge Herralde
  31. Abecedario de las muñecas, Camilla Grudova
  32. El coste de vivir, Deborah Levy
  33. Cosas que no quiero saber, Deborah Levy
  34. Mi padre, el pornógrafo, Chris Offutt
  35. El Director, David Jiménez
  36. A mí no me iba a pasar, Laura Freixas
  37. El increíble viaje de las plantas, de Stefano Mancuso
  38. Un apartamento en Urano, de Paul B. Preciado
  39. Zuleijá abre los ojos, de Guzel Yájina
  40. La noche fenomenal, de Javier Pérez Andújar
  41. La biblioteca en llamas, de Susan Orlean
  42. Retrato del futbolista adolescente, de Valentín Roma
  43. Mi marido es de otra especie, de Yukiko Motoya
  44. El frío, de Thomas Bernhard
  45. El aliento, de Thomas Bernhard
  46. Otra vida por vivir, de Theodor Kallifatides
  47. Paseos con mi madre, de Javier Pérez Andújar
  48. Claus y Lucas, de Agota Kristof
  49. El poeta que rugió a la luna y se convirtió en tigre, de Atsushi Nakajima
  50. Cárdeno adorno, de Katharina Winkler
  51. Teoria King Kong, de Virginie Despentes
  52. Diario de la caída, de Michel Laub
  53. Zami. Una biomitografía, de Audre Lorde
  54. Iluminada, de Mary Karr
  55. Un occidental en Japón, de Donald Keene
  56. La dependienta, de Sayaka Murata
  57. Distraídos venceremos, de Andrea Valdés
  58. Esta bruma insensata, de Enrique Vila-Matas
  59. Los antepasados, de Mary Ann Clark Bremer
  60. Una pena en observación, de C.S.Lewis
  61. Papeles Falsos, de Valeria Luiselli
  62. Cuaderno [...] duelo, de Miguel Ángel Hernández
  63. Sita, de Kate Millet
  64. La analfabeta, de Agota Kristof
  65. Tierra de mujeres, de María Sánchez
  66. Sujeto elíptico, de Cristian Crusat
  67. Cabinet d´amateur, una novela oblicua, de Enrique Vila-Matas
  68. Desembalo mi bibiblioteca, de Walter Benjamin
  69. Conviene tener un sitio adonde ir, de Emmanuel Carrère
  70. Desde esta colina, de Sue Hubbell
  71. América, de Manuel Vilas
  72. Mi vida en la carretera, de Gloria Steinem
  73. La campana de cristal, de Sylvia Plath
  74. Feliz final, de Isaac Rosa
  75. Una habitación propia, de Virginia Woolf
  76. La única historia, de Julian Barnes
  77. Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado, Maya Angelou
  78. Lugares fuera de sitio, de Sergio del Molino
  79. Una curiosidad insaciable, de Richard Dawkins
  80. El monarca de las sombras, de Javier Cercas
  81. Relato de mi vida, de Thomas Mann
  82. Claudio López de Lamadrid, editor
  83. Conversaciones entre amigos, de Sally Rooney
  84. Saliendo de la estación de Atocha, de Ben Lerner
  85. Mamá, de Luis Antonio de Villena


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domingo, 29 de diciembre de 2019

El Roto, fin de año (aciago)


¡Todo está aquí dentro!
¡Qué pequeño es el mundo!
[El Roto en El País, 28/12/2019]


Nos adelantamos a vuestros deseos
y os decimos cuáles son.
[El Roto en El País, 20/12/2019]


La lucha contra el cambio climático
consiste mayormente en hablar del tiempo.
[El Roto en El País, 5/09/2019]


En los salones donde se celebraba la cumbre del clima, la climatización funcionaba perfectamente.
[El Roto en El País, 3/12/2019]


(Solución habitacional)
Me han dicho que sólo es temporal.
[El Roto en El País, 12/12/2019]


!Hay que proteger a la familia!
¡Despide a las embarazadas!
[El Roto en El País, 18/11/2019]


Pido una explicación,
no una limosna.
[El Roto en El País, 21/12/2019]

Necesitamos inmigrantes
para sostener el sistema que los genera.
[El Roto en El País, 8/09/2019]


Así es un muro, hijo,
empieza a practicar.
[El Roto en El País, 24/11/2019]

Quemar contenedores puntúa
para los exámenes de historia.
[El Roto en El País, 31/10/2019]


Me voy a presentar a las elecciones,
la gente vota a los payasos.
[El Roto en El País, 5/10/2019]

No sé qué pensar, no sé qué decir, no sé qué hacer. ¡Vótanos! ¡Nosotros tampoco!
[El Roto en El País, 5/11/2019]


Los nuevos partidos repetían los viejos errores. Los votantes, aburridos, se fueron a casa.
[El Roto en El País, 16/09/2019]

¿A quién votaste ayer?
Pues ya ni me acuerdo.
[El Roto en El País, 11/1172019]


viernes, 27 de diciembre de 2019

Ahir, de Agota Kristof


Agota Kristof (Hungría, 1935 - Suiza, 2011)
AHIR
[Hier, 1995]
Trad. Jordi Rourera Peret
Empúries, 2009 - 136 pàgs. - Bibl. Gracia
Agota esencial, Lolita Bosch
[Agota i l'inexpresable silenci]

«L’endemà al matí, puja a l’autobús i s’asseu al meu costat, com de costum. Amb el braç esquerre, porta la seva petita, fa lliscar la mà dreta en la meva. No pregunto. Viatgem així fins a la fàbrica.
    Fa bo. A migdia, dinem, després passegem pel parc. No hi ha ningú a la vora, no parlem. Davant nostre, l’edifici monstruós de la fàbrica. Més lluny, un paisatge magnífic com només es troben als prospectes turístics.
    Poso la mà sobre la de la Line. Ella no l’enretira. En veu baixa, recito un dels poemes que li he escrit, en la nostra llengua materna.
    -De qui és?
    -És meu.
    -Crec que potser sí que tens talent, Sandor.
    Hem de tornar a la feina. Les nostres mans se separen. I penso que no podré viure més sense la mà de la Line dins la meva. Com retenir-la?»

martes, 24 de diciembre de 2019

Lectura fácil, de Cristina Morales

Cristina Morales (Granada, 1985)
LECTURA FÁCIL
Anagrama, 2018 - 424 págs. - inicio
Iniciativa Sexual Femenina
- C. Morales, Elise Moreau y Elisa Keisanen
Cristina en Página 2
— "Leer ya es un acto emancipatorio"
— "Puedo reflexionar sobre el dolor de regla y el Estado de bienestar en un mismo párrafo"
JM Nadal Suau habla con Cristina
[lectura difícil]

«En la página 71 de los Métodos
se dice que la polisemia es un accidente semántico
y que hay que evitarlo.
Polisemia es cuando una palabra tiene varios significados.
No tiene nada que ver con la polio,
que es una enfermedad,
ni con la policía,
que todo el mundo sabe lo que es,
ni con los polideportivos,
que son gimnasios muy grandes.

Accidente es como un accidente de coche o de moto o de avión,
o un accidente laboral como el que tuvo mi prima Natividad
estando en la universidad,
y por el que se quedó discapacitada intelectual severa
por el síndrome de las Compuertas.
Y semántico es lo que significan las palabras.

Sé que síndrome de las Compuertas
es una cosa muy difícil que muy poca gente conoce,
pero en Lectura Fácil solo hay que contar
lo que el lector necesite.
Y como esta es la historia de mi vida
al lector no le hace falta ninguna
saberse las enfermedades de mí prima.
Solo lo he puesto como ejemplo
de lo que puede ser un accidente.

Yo no sabía nada de lo que era la polisemia
ni los accidentes semánticos.
Lo busqué en el móvil y seguía sin enterarme bien.
Entonces le pregunté a mí persona de apoyo
y ella también lo buscó en su móvil
y me lo explicó mejor,
y así ahora yo puedo explicárselo a mis lectores,
porque en la página 73 de los Métodos
se dice que "no hay que dar
ningún conocimiento previo por asumido".
Conocimiento es algo que sabes.
Previo es antes.
Dar por asumido es dar por sentado.
Como yo no puedo dar por sentado
que los lectores hayan leído
ni el libro de las Directrices ní el libro de los Métodos
de Lectura Fácil,
pues tengo que explicarlo todo
porque nadie nace sabiendo.» (págs. 214-216)

viernes, 20 de diciembre de 2019

Chilean Electric, de Nona Fernández


Nona Fernández (Santiago de Chile, 1971)
CHILEAN ELECTRIC
Minúscula, Paisajes narrados - 110 págs.

- Narrar es iluminar, Lissette Fossa
- Nona habla con Anna Maria Iglesia
[posmemoria chilena]

«Solo hay un pequeño detalle que ensombrece el relato de mi abuela, un hoyo negro que amenaza con tragarse la veracidad de la escena completa. La ceremonia de la luz fue en 1883, apenas cuatro años después de que el iluminado Thomas Alva Edison hubiera patentado su lámpara eléctrica incandescente; Nona Fernández el mismo año en que la guerra del Pacífico en contra de Perú y Bolivia llegó a su fin, consolidando la propiedad y la fortuna del salitre para Chile; y exactamente veinticinco años antes de que ella, la niña rubia, la mujer sin ombligo, mi abuela, protagonista de la escena narrada, naciera.» (págs. 32-33)

lunes, 16 de diciembre de 2019

El encargo, de Javier Melero


Javier Melero (Barcelona, 1958)
EL ENCARGO
UN ABOGADO EN EL JUICIO DEL PROCÉS
Ariel, 2019 - 352 págs. - fragmentos

· Entrevista en El Confidencial
· Entrevista en El País
· A MVLl también le ha gustado
[sagaz]

«[...] Esa inquietud por el aspecto me pareció un magnífico augurio: la dejadez atrae al fracaso. Parece una tontería, pero es verdad. La gente con sensación de fracaso diseña el entorno apropiado para el fracaso y lo expande a su alrededor.

La declaración del cliente no tiene por qué suponer un problema, siempre y cuando se haya preparado al detalle. En un proceso penal nunca sabes cuáles son las preguntas que van a hacer el juez y las otras partes: no hay más secreto que intuirlas y tener a punto las respuestas oportunas. La tesis que quieres defender tiene que fluir, pero no como un discurso, sino a preguntas. De hecho, no hay interrogatorio más exitoso que aquél en el que la defensa —que actúa siempre en último lugar— no tiene que intervenir porque todo ha sido dicho de manera satisfactoria respondiendo a las acusaciones. Yo siempre pretendía que se interiorizaran unas reglas elementales, bastante intuitivas, para asegurar el tiro. La primera, no responder a preguntas que no te han hecho. No hay que avanzar información. Todos los sujetos que están en un estrado cobran por preguntar: que se ganen sus honorarios. Si algo de interés no ha sido preguntado, ya te lo preguntará tu defensa al final. Esta recomendación —que no deja de parecer una perogrullada— es especialmente importante en el caso de los políticos; sujetos que hablan mucho, suelen hablar en público frecuentemente, creen que hablan bien y tienen una gran confianza en su poder de convicción. Conviene recordarles cuantas veces sea preciso que se van encontrar ante el peor público del mundo: gente habituada a todos los recursos retóricos para quienes lo que tú consideras un original hallazgo resulta un tópico manido que han oído mil veces.

Juicio al procés, 2019 La segunda es que no des detalles que no te han pedido. No te refieras a sujetos por los que nadie ha preguntado: la ampliación del banquillo servirá para eso, para ampliar el banquillo, no para sacarte a ti. Todos tendemos a enriquecer nuestra historia para darle verosimilitud, pero no se gana nada y se puede complicar el interrogatorio abriendo vías de agua insospechadas. Si dices que de un hecho concreto también fue testigo tu cuñado, o el funcionario de guardia, sólo vas a conseguir que los citen, y ésa es una decisión que debería tomar tu defensa, en lugar de enterarse de ella en pleno interrogatorio. La tercera regla aún parece más obvia, pero conviene no olvidarla: los papeles dicen lo que dicen y poco hay que comentar sobre ellos. Explicar los documentos para intentar conferirles un sentido distinto del que expresan no tiene ningún sentido si, inmediatamente, no los tachas de falsos. Y por ahí se abre una deriva de consecuencias imprevisibles si el documento no es realmente falso. Todo esto, que parece evidente, no lo es.» (págs. 57-58)

Antoni Bassas conversa amb l'advocat de Quim Forn, Xavier Melero.
Aquí la entrevista de Josep Cuní. (Y aquí quién era quién)

jueves, 12 de diciembre de 2019

Hiere, negra espina, de Claude Louis-Combet


Claude Louis-Combet (Lion, 1932)
HIERE, NEGRA ESPINA
[Blesse, ronce noire, 1995]
Trad. David M. Copé
Periférica, 2019 - 144 págs. - inicio

El amor incestuoso de Georg Trakl, Marta Sanz
Incesto y cocaína en un gran poeta, Antonio Lucas
La (buena) apreciación de Juan Flores
[peñazo (o, no era para mí)]

«Hiere, negra espina. Ésas fueron las palabras que el poeta Georg Trakl hizo pronunciar a su hermana Gretl en un famoso poema escrito poco antes de la batalla de Grodek, durante la Primera Guerra Mundial. El eco de esa dramática belleza puebla este libro intenso y emocionante, que va mucho más allá de las relaciones incestuosas entre hermano y hermana: estas páginas son ante todo una apuesta por el lenguaje. Y por cómo éste se enfrenta a la vida, al amor y a la muerte. La primera imagen que cifra esta novela, a la vez delicada y terrible, poderosa, es la del hermano y la hermana que, de niños, tocan juntos el piano y comparten lecturas...
    El gran poeta alemán que la protagoniza, heredero de su admirado Hölderlin, fue calificado también de loco, como su maestro. En realidad, fue llamado bohemio, vicioso, sátiro, alcohólico y drogadicto, y se dijo que de él «sólo brotan la melancolía y el estertor que antecede a la muerte». Pero de Trakl brotó asimismo una de las grandes obras poéticas del siglo xx.» (de la contraportada)

Georg Trakl, de niño, junto a su hermana Gretl a principios del siglo XX. Y Gretl dos años antes de suicidarse
Georg Trakl junto a su hermana Gretl a principios del siglo XX.
Y, al lado, Gretl dos años antes de suicidarse.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Testimonio materno, de Elena Soriano


Elena Soriano (1917-1996)
Creadora de la revista El Urogallo (1969-1975)
TESTIMONIO MATERNO
Plaza y Janés, 1985 - 606 págs. - Lib. Monimoon
[inmenso, brutal, desolador]

«Yo sé bien que mi hijo se suicidó [Juan José Arnedo Soriano, 1952-1977]. Y que lo hizo de un modo consciente y premeditado. Desde tiempo atrás, Eros y Tanatos se lo disputaban como furias y el dios de la muerte terminó por vencer, ayudado por una serie de circunstancias favorables que se conjuntaron para constituir ese factor desencadenante del acto suicida que señalan los estudiosos de un fenómeno harto frecuente en el mundo de hoy. Su ser entero se venía preparando para este final que deseaba tanto como temía: la neurosis de angustia, la depresión, el régimen macrobiótico, el yoga ascético, la meditación transcendental y —¿por qué no repetirlo una vez más?— el persistente efecto del ácido sobre su mente, cumplieron su función destructora, le dieron mil motivos, reales o imaginarios, objetivos o subjetivos, razonables o insensatos, para morir: fracaso de su vocación auténtica —la música—, que no supo encauzar ni nosotros comprender; fustración de sus ilusiones de amistad y de amor; pérdida de sus facultades intelectuales y de su salud física; ineficacia comprobada de sucesivos tratamientos médicos; evidencia de haber errado, una vez más, su vía de salvación, desesperanza de su integración social; ausencia de providencia paterna, en su mayor necesidad; fallo de su penosa accesis al conocimiento, "fuente inagotable de LSD"; humillación al haber sido robado, burlado y rechazado por sus propios compañeros; pérdida de su fe en la terapia de "La Luz Divina" y en la condición sagrada del guru Maharaj-Ji; sentimiento de culpabilidad al insultar a su única valedora en la secta; deseo de expiar su violento estallido de escepticismo; obediencia, si al pedir la muerte al gran jefe de la secta le contestó, de modo subliminal, de palabra o con gesto, "Libérate tú mismo, hermano"; afán de castigarnos con su muerte, para ser nuestro azote de por vida, como nos decía en sus accesos de rencor; compasión hacia nosotros evitándonos sufrir más, "dejándonos en paz", como yo le pedí muchas veces; temor a nuestra reacción ante su nueva derrota, internándolo en un manicomio, como estaba advertido por su brutal Psico [su último psiquiatra]; miedo de sí mismo, a la descarga sobre nosotros de su impulso destructor, pues matarse para no matar es una solución; cumplimiento del plazo que a sí mismo se había impuesto de no traspasar el límite de su primera juventud; terror a envejecer como incurable neurótico, esquizofrénico o paranoico; arrojo de su muerte a la cara del mundo entero que siempre había pagado su apasionado amor con engaño, crueldad e insolidaridad; escapada decisiva de errores, tentaciones, daños, castigos y peligros, pues como dice Walter Benjamin, "sobre un muerto nadie tiene poder"; desesperación al no ver ante sí
Elena Soriano
Revista El Urogallo
ninguna solución a sus problemas, pues como ha dicho un terrorista anónimo, "todo hombre que busca una salida y no la encuentra se convierte en un desesperado"; hambre, sed, sueño, soledad, agotamiento físico y mental; necesidad irresistible de descansar, de dormir, dormir, dormir; esperanza del suicida creyente en el perdón divino; ilusión de que va a despertar en otro mundo mejor, fresco, descansado, con renovadas fuerzas para una vida eterna; busca de otra experiencia más en el trasmundo, ya que todas las de este mundo le habían decepcionado; intuición de que sólo en la nada se encuentra el Conocimiento de Dios; angustia, angustia, angustia, creciendo en su interior como una marea incoercible hasta anegar su pobre mente y anular su última resistencia vital.» (págs. 589-590)
IMAGEN Y CONTRACULTURA. Correspondencia entre Borja Casani y Andrea Valdés con motivo de la exposición en la Fundación Foto-Colectania de "La Movida.Crónica de una agitación. 1978-1988", que reúne la obra de cuatro fotógrafos clave de la llamada movida madrileña: Alberto García -Alix, Ouka Leele, Pablo Pérez-Mínguez y Miguel Trillo.
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